Tu llamada personal

Sermón de la semana pasada

Título: Tu llamada personal (Josué Alemán)

Cuando Jesús comenzó su ministerio terrenal, no comenzó con la adquisición de bienes materiales. En cambio, lo que vemos en Mateo 4 es una invitación a una relación con las palabras: Sígueme.

Este llamado es personal . Del Creador a la creación. Del Maestro al discípulo. De Jesús a cada uno de nosotros individualmente.

Este llamado es a una relación. A conocer a Aquel que llama, no solo a saber de Él. Porque el Diablo, en sus engañosas intrigas, intenta confundir y disuadir al discípulo de Jesús de responder y permanecer en este llamado.

Por lo tanto, es importante saber que este llamado personal no es transferible ni hereditario . No se trata de simplemente asistir a los servicios religiosos . Tampoco de memorizar un conjunto de argumentos . Es un llamado a conocer a Jesús . A caminar con él. A entregarnos a Aquel que nos llama. A renunciar a lo que erróneamente llamamos vida, pero que era solo una búsqueda de placeres pasajeros, por la vida misma.

Entonces, ¿qué pasa si ya aceptaste a Jesús? ¿Está hecha la obra?

¡No! Porque este llamado nos invita a reorientar toda nuestra vida en torno a Jesús. Esto requiere toda una vida.

Quizás te has alejado y tu relación con Jesús se ha enfriado. ¿Hay alguna manera de reavivar esa pasión? ¡Sí! La vida de discípulo exige una entrega diaria. Así que, mientras exista un hoy, hay otra oportunidad para volver a vivir este llamado a una relación con Jesús. Para un gran ejemplo de esto, sigue la vida del apóstol Pedro (ver Mateo 4, Juan 21 y Hechos 2) y observa cómo Jesús obra en Pedro a través de sus altibajos. De igual manera, la misericordia de Dios se extiende a nosotros hoy. Aunque tropecemos, su fidelidad nunca falla.

Texto bíblico para contemplar

Filipenses 3:8 [ESV] - De hecho, todo lo considero pérdida por la excelencia de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a él lo he perdido todo y lo tengo por basura, a fin de ganar a Cristo.

Oración

Dios nuestro, gracias por tu Hijo Jesús. Gracias por el llamado que has hecho a nuestras vidas. Al mismo tiempo, perdónanos, Señor, por las veces que lo confundimos con algo menos que una relación contigo. Ayúdanos, Señor, a entregarnos por completo para seguirte, Jesús. Deseamos reconocerte a ti y solo a ti como Dios. Queremos bendecir tu santo nombre y que tu nombre sea exaltado en nuestras vidas como discípulos. Danos tu Espíritu para lograrlo. En tu nombre oramos. Amén.